Jack es bueno y generoso y sus preguntas le bastan para seguir viviendo; su curiosidad está satisfecha, pues, para todas, tiene respuesta. Al verle, se diría que no esperase que pudiera amar a otra persona más que a nada.
Sin embargo, se enamora de Joy. Ella le hace preguntas a las que no puede responder. Le descubre otro mundo donde la experiencia es tan importante como las ideas. Y se da cuenta de todo lo que la vida le puede dar y él no ha buscado.
Encuentra la felicidad.
Pero la vida también tiene el poder de quitar. Él alecciona a la gente en sus conferencias; les dice que somos una escultura de piedra cincelada por el dolor, en la que cada golpe nos hace más maduros. Y, a veces, sentimos cuán fuerte puede ser el golpe del cincel.
Joy tiene cáncer. Quiere que él aprenda a vivir sin ella, a no aferrarse a las cosas, a dejar que vengan y se vayan.
Jack no tiene respuestas, ni las recibe de Dios. Y no comienza su aprendizaje hasta que ella deja de estar. Mediante la experiencia.
"El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces. Ese es el trato".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario