Del arte contra el aburrimiento. No sé qué hay de atractivo en trabajar en un bar sirviendo platos para luego asombrar, espantar, extrañar, conmover a la gente. Pero algo de ello me atrae. ¿Crear? ¿Qué? ¿Para qué?
Podría crear una familia y, también, escandalizar, asustar, sonrojar, hacer reír a la gente.
Escribo porque no actúo, ni pinto, ni esculpo, ni canto. Porque espero que lo lea alguien mientras lo hago. Aunque no haya nadie más.
Por cada abandono, cada momento solo, se inicia una revolución pendiente en mi interior. Pero no la saco.
¿Todo es para nada? ¿Hay algo? ¿Eran los del grupo unos locos?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario